Telar en el que los plegadores o cilindros, entre los que queda tendida la urdimbre, son verticales al suelo, y las varas de lizos quedan suspendidas sobre la cabeza del tejedor, para ayudarle a separar manualmente los hilos pares de los impares de la urdimbre, y poder introducir el hilo de trama devanado en las canillas. Esta técnica se introducía en Madrid en 1725 por tapiceros procedentes de los Gobelinos de París.

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