La historia del Telar

Los orígenes del telar

Tenemos constancia que, los primeros tejidos fueron entrelazados manualmente ya desde el Paleolítico y todas las investigaciones y hallazgos arqueológicos datan la aparición de los primeros telares en la Era Neolítica, concretamente en regiones como Oriente, América, regiones mediterráneas, Europa central y Escandinavia.

Este instrumento era, en sus inicios, muy rudimentario y ha ido transformándose a lo largo de los siglos, aunque preservando intacta sus funciones básicas: la de elaborar tejido.

Podemos decir que, el telar, es un utensilio que se emplea para tejer y confeccionar distintas prendas tradicionalmente fabricado en madera y actualmente también en otros materiales y en el que, se coloca la urdimbre, es decir, unos hilos paralelos sujetos por ambos extremos a fin de ser elevados individualmente o en grupos, formando una abertura que se llama calada y a través de la cual pasa la trama (los hilos colocados de forma horizontal).

Tipos de telares

Telar de bajo lizo

Telar de bajo lizo

Telar primitivo o mapuche

Telar primitivo

Bastidor de triángulo

Bastidor de triángulo

Múltiples metodologías

Existen muchos tipos de telares

Por ejemplo, los bastidores: consistentes en unos marcos de madera ubicados de forma geométrica: triangulares, cuadrados, rectangulares, hexagonales, o circulares. Los telares verticales, también denominados de alto lizo y consistentes en un rectángulo de madera, sostenido verticalmente sobre una base. Los telares horizontales o de bajo lizo. Los telares de piso, que incluyen desde variantes manuales a industriales y son máquinas complejas con múltiples partes móviles. Los telares de mesa, etc.

Pero, básicamente, podemos dividir los telares artesanales en tres grandes familias: bastidores, verticales y horizontales y los telares industriales podemos clasificarlos según el tipo de tejido que producen: planos, circulares y textiles.

Un poco de historia…

Entre los primeros telares verticales encontramos el telar griego, también llamado Penélope o el egipcio, pueblo que también contaba con versiones de suelo y horizontal.

En la América precolombina eran habituales los telares denominados telares de cintura, en la cual, la persona que tejía, sentada en el suelo, ataba la urdimbre a un cinturón sujetándola con el peso del cuerpo.

El telar de pedal fue inventado en el siglo X, en la temprana Edad Media por los árabes y gracias a estos pedales, tejer resultaba mucho más fácil y rápido.

El inventor de que se considera antecesor del telar moderno fue el clérigo escocés William Lee en 1589. Un telar que en concreto se empleaba para tejer medias.

Más tarde, en 1733, el británico John Kay inventa la lanzadera volante, origen de los telares actuales pues fue el primer paso para la posterior mecanización de los mismos.

En el año 1801 Joseph Marie Jacquard creó el primer telar completamente mecánico y automático, con un sistema tarjetas perforadas que podían tejer patrones y repetir de forma autónoma la misma prenda.

La importancia de la tejeduría

Sea como sea, la historia de los tejidos y, en concreto, del telar, tiene un peso profundo en prácticamente todas las culturas, aunque en ocasiones pase desapercibido. Pero basta con acudir al lenguaje o a los mitos y leyendas para descubrir la profunda importancia de la tejeduría.

No sin razón, muchos de los vocablos relativos a esta forma de artesanía, guardan también un significado metafórico de hondo calado a nivel espiritual y conceptual. Encontramos miles de ejemplos: hilar, no es unicamente convertir las fibras textiles en hilo, es también deducir una cosa de otra, urdir, no es solo preparar los hilos en la urdidera, es también maquinar y disponer, al igual que tramar, tejer

Toda la mitología asociada a este instrumento, se encuentra vinculada así mismo, a elementos trascendentes como: el tiempo, el destino, la suerte o, inclusive, la propia vida.

Estar en la cuerda floja, pender de un hilo, el hilo de la vida…

Desde las moiras o parcas greco romanas encargadas de tejer el metafórico hilo de la vida de cada ser humano desde el nacimiento hasta la muerte, a la tejedora que desafía a Atenea: Aracne, pasando por la túnica tejida para Hera, símbolo de la armonía o los norns: tejedores del destino en la mitología nórdica, o la dama de Shalott, tejedora de reflejos, o Ixchel la diosa maya de la Luna y del tejido con su hija Ix Chebel Ya’ax patrona de los bordados o Llalin Kushe:  la Araña Vieja de los Mapuches, portadora de los secretos del hilado y del tejido – Kuña Raivi para los guaraníes- maestra que  protege a las tejedoras de los errores y de todo lo negativo…

Sea como sea, la historia del telar, es la historia del mundo, un secreto transmitido a través de las fábulas y de la tradición que conserva la historia y también la impulsa hacia el futuro. Y que, hoy en día, un tiempo en el que lo virtual gana espacio, también a través del entramado de las redes, continúa transmitiéndonos su poderoso eco.